Mural Interactivo 
Entre-bambalinas







Patio del teatro Cuyás, Gran Canaria

Concurso: Cabildo de Gran Canaria

En colaboración con Oscar Latorre
González y Cárlos Hernández Allende.



La caja escénica como creador de ficciones.

La propuesta nace con la intención de radiografiar a modo de atlas los componentes invisibles intrínsecos a cualquier obra, haciendo alusión a los mecanismos, móviles, dispositivos, iluminación, etc...Toda una amalgama oculta en las escenografías, presentándolas como objetos descontextualizados que dibujan una composición abstracta.

El mural por lo tanto puede ser todas las ficciones y ninguna a la vez, pues la disposición narrativa de los objetos no marcará una secuencia de lectura lineal sino una exposición de los diferentes actores, dando al espectador la posibilidad de imaginar su propia historia, así la identidad del mural se construye en un continuo feedback de reinterpretación de su entorno.

Mural escultura: el dibujo con objetos, luces y sombras.
La propuesta juega en las 3 dimensiones, haciéndose explicita en los dibujos creados por las sombras de los objetos superpuestos al muro. Todos estos objetos son pintados de blanco, consiguiendo una imagen abstracta en su conjunto dando la misma importancia a cada elemento, alterando así la percepción entre fondo y figura.

El mural por lo tanto se entiende como un dibujo dinámico que cambia según la hora del día y la época del año, siendo siempre una escenografía distinta.
Heterotopía escénica.
En el mismo juego dinámico del mural la transición del día a la noche da pie a una nueva dimensión del dibujo, sumada a la posibilidad de movimiento aparecen los juegos de luces artificiales presentado la versión en negativo de la composición. Las luces son accionadas desde la manivela la cual desde una dínamo proporciona un momento de chispa y fogonazo, creando por segundos una nueva ubicación, el espacio del patio es ahora el escenario.